EL POSITIVISMO
Corriente filosófica iniciada por Auguste Comte en la primera mitad del siglo XIX que identifica el verdadero conocimiento con el conocimiento científico o conocimiento positivo.
Según Comte, la humanidad pasa por tres fases o etapas de conocimiento, cada una de ellas superior a la anterior, que son: el conocimiento religioso, el filosófico y el científico. Las formas de conocimiento religioso y filosófico (a las que se refiere como teológico y metafísico, respectivamente) se ven superadas por el conocimiento positivo o científico, por lo que, una vez alcanzado éste, no tiene sentido ni justificación mantener las anteriores formas de conocimiento. Dado que el conocimiento científico es llamado por Comte conocimiento positivo, (utilizando una expresión procedente del socialista francés Saint-Simon, del que había sido discípulo), esta corriente se conoce como positivismo (que vendría a ser sinónimo, pues, de cientificismo).
El positivismo se extendió pronto, bajo distintas interpretaciones, por toda Europa y sobre todo por Inglaterra, pero encontró también una gran oposición, entre otras por parte de las filosofías irracionalistas de finales del siglo XIX.
La idea central de la filosofía positivista es que fuera de nosotros existe una
realidad totalmente hecha, acabada y plenamente externa y objetiva. En este
sentido, nuestro aparato cognoscitivo es como un espejo que refleja dentro
de sí, como una cámara fotográfica que copia pequeñas imágenes de esa
realidad exterior. Ser objetivo es copiar bien esa realidad, sin deformarla y
la verdad consistirá en la fidelidad de nuestra imagen interior a la realidad
que representa.
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